jueves, 16 de abril de 2015

Tú eres tú y lo que eras. La web: ni olvido ni perdón II



Seguimos con el tema de lo que dice de nosotros la web, de la huella que dejamos cuando navegamos o creamos contenidos en internet y las implicaciones que tiene.

En este caso el vídeo que ha inspirado la reflexión es el siguiente:



Este vídeo me ha asustado más si cabe que el anterior. Jennifer Golbeck, ademas de tener un notable parecido con la actriz de Física o Química (esta serie no la recomiendo, pero sí, soy culpable, la he visto), resulta ser una Doctora en Informática que trabaja en la Universidad de Maryland.

Cecilia Freire y Jennifer Golbeck,
juntas pero no revueltas.
Como explica Golbeck la información que dejamos cuando navegamos por internet puede ser utilizada para múltiples usos. Un psicópata podría rastrearnos sin mucha dificultad... Pero gracias a dios no hay muchos psicópatas (creo). Lo que sí hay es empresas dispuestas a vender, y dispuestas a saber nuestros gustos para enfocar su objetivo con mayor exactitud. Pero... ¿hemos dado nuestro consentimiento para ello?


De nuevo tengo que hablar sobre Black Mirror. En el episodio titulado "Be right back" se parte de una distopía en la que la ciencia ha avanzado tanto que una empresa ofrece un servicio virtual por el que, basándose en su información online, se crea una inteligencia artificial capaz de recrear a una persona concreta que tratará de conversar o solucionar problemas imitando a cómo lo haría esta persona en cuestión. Cuantas más trazas digitales dejara esa persona determinada, más exacta puede ser dicha inteligencia artificial... Lo que Golbeck propone al comienzo de este vídeo no dista mucho de esta fantasía distópica.
Si en el post anterior hablábamos de la inmortalidad digital y la permanencia de todos nuestros aciertos y errores en la web, Jennifer Golbeck nos habla de la posible solución a este sísifico castigo. La clave está en la ética profesional.

La investigadora propone que exista una cláusula que nos informe sobre los riesgos a los que nos sometemos cada vez que publicamos algo o dejamos huella en internet.

Mi primera reflexión al ver el vídeo fue de escepticismo... ¿Para qué iban las empresas a proteger a los que son sus potenciales productos de venta? Los datos que dejamos son precisamente eso, un producto que puede venderse, que puede tener un precio. Luego, además, pensé en lo que sería un popup que advirtiera de los posibles riesgos que corremos al publicar una foto, un vídeo, un post... eso sería más largo e infumable que el prospecto de un medicamento.

Y...ahora creo que hay esperanza. Somos producto y somos clientes. Por ello, cuanto más conciencia tengamos sobre las huellas que dejamos en internet más probablemente optaremos por aplicaciones y redes sociales que permitan controlar al usuario el nivel de privacidad que queremos mantener. El mejor ejemplo que encuentro es Facebook, que cambió recientemente su política de privacidad para hacerla más clara y sencilla, haciendo, en principio, más fácil, que cualquier usuario sepa qué información personal se recopila y con qué fin.

Como siempre, somos más libres cuando somos menos ignorantes. Y, como siempre, la idea es compartir ese conocimiento.


1 comentario:

  1. Je, je... otra vez la idea de que somos el producto. Me pregunto si ¿Somos más productos que clientes o estamos a la par?

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